La primera infancia nos desafía a trabajar para acompañar el aprendizaje significativo. Acompañar a conocer y reconocer el mundo emocional de un otro u otra, interactuando y vinculándonos respetuosamente, reflexionando acerca de cómo relevar el mundo emocional en las prácticas educativas, lo que resulta inspirador ya que es un desafío para la formación y quehacer profesional el construir una pedagogía afectiva, para la vida.

Me moviliza, velar por el principio de bienestar al tener infinitas posibilidades de promover el desarrollo integral de los niños y las niñas desde un enfoque socioemocional puesto que hoy en día es imprescindible para reconstruir una sociedad más humana, conformada por miradas positivas, empáticas y esperanzadoras.

Educadora de Párvulos y Básica Inicial

Universidad de Chile

Licenciada en Educación

Universidad de Chile

Magíster en Educación con mención en Currículo y Comunidad Educativa

Universidad de Chile